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Fraseología de la violencia en prensa colombiana

Manuel José Morales M. [1]
Universidad Pompeu Fabra (Barcelona - España)
Universidad de Antioquia (Medellín – Colombia)
 

0. Introducción
 

El presente texto hace parte del proyecto de investigación, en proceso, sobre “La representación discursiva de la violencia en prensa colombiana”. Se realiza a partir de una muestra de tres meses tomada del corpus de prensa creado con materiales de los periódicos El Tiempo y El Colombiano entre enero y marzo del año 2000.

Se enmarca dentro del contexto sociopolítico colombiano en el cual la prensa juega el rol de actor social y político. Plantea hipotéticamente la posibilidad de hablar de un campo o dominio de discurso de la violencia dentro de la esfera del discurso político. Analiza algunas unidades fraseológicas y conceptuales sobre la violencia representada en prensa. Recoge una propuesta sobre la “unidad puente” (Upt), una variante conceptual léxica que se mueve entre “unidad léxica” (UL) y “unidad terminológica especializada” (UTE), que permite resolver determinados problemas de interpretación en textos o discursos situados en contextos discursivos diferentes.

Participamos de la posición de Hjemslev [2] según la cual “Una doctrina científicamente fundamentada sobre el contenido semántico de las formas lingüísticas, que incluya las palabras, no es solamente de un interés teórico, sino también, de forma directa, de una gran importancia para el futuro de la humanidad”.

Las palabras y los textos realizan diversas funciones, además de ser instrumentos lingüísticos por los que circula información. La prensa, agente y a su vez escenario por el cual circulan diferentes modelos de representación, requiere un atento estudio desde la perspectiva discursiva, es decir, desde sus macro (semántica global) y microestructuras (semántica local), a partir de contextos dados. Para el presente caso, nos detenemos en el nivel de sus microestructuras, en unidades fraseológicas y conceptuales de la violencia, respecto al conflicto armado en Colombia.


1. Contexto sociopolítico
 

Colombia [3] ostenta un creciente desequilibrio socioeconómico y un largo proceso de violencias. El de los años cuarenta surgió con el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán [4], candidato a la Presidencia de la República (1948). Se desató un conflicto entre el partido conservador y el liberal. Se caracterizó por las “matanzas” individuales y colectivas. Mediante el “boleteo” intimidaban a quienes consideraban su adversario político, para que abandonara la región. Dicha práctica benefició el nuevo reparto de tierras en manos de antiguos o nuevos latifundistas.

En la década de los años sesenta, al calor de la “revolución cubana”, surgieron movimientos guerrilleros de corte marxista. Pretendían la creación de un Estado que otorgara igualdad de condiciones y posibilidades para sus asociados. Han utilizado “la guerra de guerrillas” como una de las formas para enfrentar a “las fuerzas estatales”, consideradas como “representantes y defensoras del Gobierno y las oligarquías”.

En la década de los ochenta aparecieron “las autodefensas” con el objetivo de confrontar los grupos guerrilleros que imponían impuestos (gramaje) a los latifundistas. Sus estrategias iban dirigidas, inicialmente, a “limpiar”dichas regiones del “azote guerrillero”.

En la misma década el narcotráfico había tomado fuerza y había salpicado instituciones políticas, legislativas y administrativas del Estado colombiano. A finales de la década, el Gobierno determinó la persecución de los líderes del narcotráfico. Estos confrontaron las fuerzas estatales organizando escuadrones de “sicarios” con las “barras”, “bandas” o “galladas juveniles” de las ciudades. En el 2002, el narcotráfico presenta nuevas estrategias y formas organizativas como alianzas con las “guerrillas” y “autodefensas” para que le cuiden sus “plantes”(cultivos de coca, marihuana, amapola) y tierras.

El 7 de enero de1999 se instauró en San Vicente del Caguán (Caquetá), la “mesa de diálogo” entre el gobierno y las Farc (Fuerzas Armadas revolucionarias de Colombia), para intentar un “proceso de paz”. Las Farc planteaban la estrategia de una “paz negociada”, para la cual proponían un “canje de militares y civiles por guerrilleros”, propuesta sobre la que poco se avanzó, debido a problemas de interpretación lingüística y jurídica de la misma, entre otros. Tales motivos hicieron que el proceso se desarrollara en forma lenta y con muchas interrupciones, hasta que se rompió en febrero 20 del 2002. La estrategia del actual Presidente de la República Álvaro Uribe, es “establecer orden” en la sociedad colombiana para lo cual está empeñado en fortalecer las Fuerzas armadas estatales.

Como consecuencia del rompimieto del proceso de negociaciones, el gobierno nacional declaró la guerra abierta contra las Farc a quienes despojó de su carácter de organización política y denominó “terroristas”. Tal condición ha permitido que los dineros e instrumentos del Plan Colombia fueran dirigidos legalmante hacia su confrontación, como lo anunció la prensa [5]

Es importante observar que, paralelamente al desarrollo de la confrontación armada, se representa la “guerra de las palabras” en el discurso de la prensa. Con frecuencia aparecen entretejidos implícitos y presuposiciones, como también dardos lingüísticos para descalificar y confundir a quien consideran su adversario.


2. Representación de la prensa como actor social y político
 

A diferencia de lo que comunmente se cree, lo que representa la prensa a través de sus noticias y comentarios, no es copia fiel de lo que ocurre en la vida social, política, económica y cultural de un país. La prensa crea su propio discurso noticioso en el que representa dicha realidad y sus actores (Van Dijk, 2000). Estos pueden ser representados como activos o pasivos, “buenos”, “malos”, pertenecientes al “nosotros”, o al “ellos”, dependiendo del rol que aquella les asigne (Van Leeuwen, 1996). Ella a su vez, hace parte de esa “realidad social” en la medida en que es un agente activo que participa en la creación de opinión pública. Ello significa que realiza las funciones de representar actores, hechos y situaciones, como de representarse a sí misma, independientemente de su voluntad.

La idea según la cual, la prensa en su función comunicadora, hace de las noticias una transcripción de la realidad para que el lector la reciba como si estuviera en primera línea frente a los hechos, es desvirtuada por Floy (2000: 13): “Lo anterior no deja de ser, sin embargo, un mito, en cuya sistemática deconstrucción viene trabajando la lingüística – especialmente la lingüística cognitiva - desde hace tres décadas. El lenguaje de la prensa, de la literatura, de las aulas o del foro es más bien un medio opaco que sólo arteramente puede describirse mediante la metáfora del espejo o del cristal y que, en lugar de limitarse a dar traslado lingüístico de realidades preexistentes, contribuye a crearlas proyectando sobre el mundo circundante un sin fin de estereotipos concebidos a priori e inevitablemente impregnados de ideología”.

La producción del discurso periodístico requiere un proceso de decantación, en el que se conjugan diferentes modelos de representación de la “realidad social, política, económica y cultural de un país. Los periodistas, artículistas, editorialistas, propietarios y quienes dirigen deteminada prensa, dejan la impronta de sus modelos de representación mental en los diversos textos noticiosos, o de opinión. En tal sentido, la prensa como institución social y económica, debe ser consciente de la responsabilidad social y política que asume con la utilización del lenguaje en la producción discursiva [6].

La prensa es consciente además, que el lenguaje ambiguo y la desinformación, pueden favorecer o cohonestar con la realización de determinadas acciones violentas de un sector contra los otros, donde la que a la final sufre las consecuencias es la sociedad civil, representada generalmente como un actor pasivo, perteneciente al “ellos” [7].

Es de reconocimiento público, que los medios de información constituyen un poder muy fuerte en el mundo de hoy, que interactúa en la vida política y social de las colectividades de un país. Los “medios de comunicación” ejercen gran influencia en el escenario de la guerra y en otros, en los que se representan los intereses, ideologías e imaginarios que atraviesan la sociedad. La prensa representa la realidad social y política del país desde su propia óptica. Podríamos crear la metáfora de la prensa como creadora de otras “realidades”, otros “mundos”, los que representa a través del lenguaje en contextos naturales, especializados y semiespecializados.


3. Fraseología de prensa
 

En el dominio del discurso político, hablamos hipotéticamente de una franja especializada o semiespecializada en el ámbito de la violencia. Dentro de este campo es posible hablar de contextos discursivos de lenguaje natural (CDN) y contextos discursivos especializados (CDE). En los medios de comunicación y especialmente en la prensa, se observa amplia presencia de fraseología lexical y especializada.

Hay proliferación de publicaciones periódicas de prensa y revistas en papel o en formato electrónico, que transmiten conocimientos de carácter general, especializado y semiespecializado, en diferentes campos del saber como en economía y finanzas, salud, Ciencias Biológicas (información sobre el genoma humano) y naturales, como también en Farándula, deporte, música y otras áreas de actividades y conocimientos.

Para identificar unidades léxicas y fraseológicas especializadas, será necesario tener en cuenta los contextos en los cuales se representa dicho lenguaje. Además, si la conceptualización transmitida por los textos se realiza desde la óptica de la especialidad y del especialista. Examinados en su contexto y a la luz de los conocimientos de las diferentes disciplinas, dichos textos podrían ser reconocidos como de lenguaje natural, o especializado. Por ejemplo, un texto que realice una denuncia sobre atropellos a la vida, honra y bienes de una persona, o contra un colectivo, una vez analizado el contexto en que aparece y el tipo de lenguaje utilizado, puede ser considerado como de lenguaje especializado y constituirse en elemento o pieza para el acervo probatorio en un proceso judicial, e incluso, a partir de él, un funcionario público competente, podría iniciar de oficio, un proceso jurídico, como también una persona particular podría incoar ante la justicia, en caso de sentirse afectada en sus derechos por el contenido de dicho texto.

Estamos de acuerdo con Cabré (1999: 88) cuando plantea que si aceptamos la conclusión de Rondeau [8], podemos decir que textualmente la comunicación general y la especializada comparten un mismo territorio y utilizan las mismas reglas y procesos lingüísticos y textuales, y que lo único que las hace variar es la selección de unidades y la frecuencia con que cada recurso es actualizado en el discurso. Y además cuando se reafirma en que la condición de especializados la cumplen los textos en los que la conceptualización que transmiten se ha realizado desde la perspectiva de la especialidad y del especialista, y no desde la óptica del hablante común. En tal sentido, la especialización de un texto, no se basa tanto en la temática que vehicula, sino en la manera como la transmite.

Según Cabré (1999: 89), el grado de especialización de la comunicación condiciona la densidad terminológica de un texto, como también la cantidad de variación expresiva para hacer referencia a un mismo concepto. Un texto altamente especializado suele ser preciso, conciso y sistemático; la terminología que utiliza tiende a la monosemia y a la univocidad. A medida que desminuye el grado de especialización, el discurso va adquiriendo características que lo acercan al discurso no especializado: en el plano semántico, variación conceptual, redundancia, ambigüedad, falta de precisión; en el plano formal, variación sinonímica de base léxica, pero sobre todo uso muy elevado de fórmulas parafrásticas que explican analíticamente el mismo concepto que en un nivel especializado se hace sintéticamente.

La especialización no depende solamente del tipo de tema tratado, sino de la manera de abordarlo, es decir, si se hace desde una perspectiva especializada, no especializada, o de una combinación entre las dos. A esta forma de tratamiento proponemos denominarla “Perspectiva intermedia”, “puente” , “bisagra” o “a caballo”, por utilizar en el tratamiento de un tema específico, léxico general y especializado.

Los Periódicos El Tiempo y El Colombiano, base de nuestro corpus, ofrecen información general; sin embargo dedican secciones a temas especializados o intermedios entre general y especializados. Allí se cruzan, según sus contextos, el lenguaje natural con el especializado. En el material de nuestro trabajo, encontramos la conjugación de léxico general con términos propios del derecho y la economía. Por ejemplo, “La vinculación de los menores a las filas de la guerrilla es una violación al Derecho Internacional Humanitario, aseguró el Ministro del Interior [9]. La frase violación del Derecho Internacional Humanitario es propia del derecho internacional público. Más adelante, analizaremos en detalle.

 

3.1. Propuesta: Unidad puente

Pensamos hipotéticamente en una figura como “bisagra”, “a caballo”, “a lomo”, “intermedia” o “puente” para indicar cierta fraseología de la cual uno o varios de sus elementos se mueve entre “léxico” y “término”, según determinado contexto. Por ejemplo, “realizar un canje de prisioneros” en el contexto de la “mesa de conversaciones” que intenta buscar solución al conflicto armado colombiano. Una de las propuestas de las Farc como parte de una “solución de paz negociada”, era “realizar un canje de prisioneros” con el Estado. Ellos entregarían militares y civiles retenidos, y a cambio el gobierno liberaría guerrilleros encarcelados de dicha organización.

Según el contexto en que aparece la propuesta de las Farc, estas la hicieron desde la lógica del lenguaje natural; por su parte, la comisión del gobierno la interpretó en la perspectiva del discurso especializado, lo que generó un problema de hermenéutica jurídica. En el Contexto Discursivo del lenguaje Natural (CDN), “canje” es un “sustantivo masculino que significa “cambio, trueque o sustitución. Ejemplo, canje de prisioneros” (Larousse, 2000). En el Contexto del Discurso Especializado (CDE), “Canje” es un término propio del Derecho Público Internacional, según el cual, después de una confrontación militar entre dos o mas Estados, es posible realizar intercambio de prisioneros para dejarlos en libertad. El gobierno colombiano argumentaba que la ejecución de dicha figura implicaría que el Estado colombiano le estuviera dando personalidad de estatales a los dirigentes de las Farc. Es decir, sería como reconocer que el territorio dominado por las Farc en dicho momento, tuviera las características de Estado (La Caquetania), lo que sería inconstitucional. Aceptar la propuesta y la interpretación de las Farc implicaría una reforma constitucional respecto a la concepción jurídica de “canje”.

En el Contexto Discursivo (CD) de la mesa de negociaciones, las Farc usaban el vocablo “canje” como Unidad Léxica (UL), en su sentido del lenguaje natural, propio del CDN; en tanto que los negociadores del gobierno lo interpretaban en su significado estrictamente jurídico (CDE), es decir, como Unidad Terminológica Especializada (UTE). De hecho la actuación locutiva desde diferentes contextos, creó dificultades para que los interlocutores tuvieran éxito en la interpretación y discusión de dicha propuesta.

Veamos tres posibilidades de interpretación del término “canje”, teniendo en cuenta cuatro escenarios contextuales posibles: CDN-CDN; CDE-CDE; CDN-CDE; CDN – CDE.

Primer escenario: CDN - CDN. Si los interlocutores actúan en el ámbito del CDN (Contexto Discursivo Natural), “canje” será una unidad léxica (UL) y su significado corresponderá a intercambio ( I ), “cambio, trueque”, en el significado del lenguaje natural. En principio no habría interferencia en su comunicación.

Segundo escenario: CDE - CDE. Si ambos interlocutores (Farc – Gobierno) actuaran en el ámbito CDE (Contexto Discursivo Especializado), “Canje” sería unidad terminológica especializada (UTE) que significaría “intercambio de prisioneros (de guerra) entre dos estados”. Tampoco se generaría interferencia en la comunicación, pues ambos interlocutores dialogan en el mismo Contexto Discursivo Especializado.

Tercer escenario: CDN - CDE. Si un interlocutor (Farc) actuara en el CDN y el otro (Gob) en el CDE, no habría posibilidad de que “canje” significara lo mismo para ambos, por interactuar desde diferentes Contextos Discursivos (CD). “Canje” significaría lo que para cada uno ha significado. En este tipo de escenario se creó uno de los primeros obstáculos en la comunicación Farc - Gobierno colombiano, en la mesa de conversaciones (MC).

Cuarto escenario: CDNPt (Contexto Discursivo Natural Puente) - CDEPt (Contexto Discursivo Especializado Puente). Si ambos interlocutores se ponen de acuerdo en que una de las formas de salvar la dificultad comunicativa es moverse un poco hacia el centro desde su respectivo contexto discursivo (CD) y acuerdan una relación puente (RPt), será posible establecer que “canje”signifique “intercambio de prisioneros de guerra”, con independencia de que se trate de prisioneros caídos en confrontaciones de grupos armados contra el Estado, dejando de lado, por excepción, la característica del “ tipo jurídico” que requiere que se trate de “intercambio de prisioneros de guerra” de Estados diferentes. Ello exigiría una reforma constitucional u otro mecanismo jurídico de que disponga el Estado.

De esta manera sería posible resolver la interferencia comunicativa entre Farc - Gobierno. A este tipo de vocablo lo llamaríamos Unidad puente(UPt) por moverse entre UL y UTE, es decir, entre un CDN y un CDE. Se crearían dos variantes contextuales que denominamos CDNPt (Contexto Discursivo Natural Puente) y CDEPt(Contexto Discursivo Especializado Puente).

Esta unidad léxica admite una tercera interpretación que se ubica entre las dos anteriores. Constituye una unidad “intermedia”, “puente”, a “caballo”, o “bisagra”que se mueve entre unidad léxica y unidad terminológica. En tales condiciones contexto discursivas, la Upt (Unidad puente) suprimirá el bloqueo presentado en los escenarios discursivos anteriormente señalados. Teóricamente realiza la función enunciada en su constitución; es decir, logra hacer el papel de puente para que la comunicación fluya en sentido bidereccional. En el campo de los hechos, exigiría hacer una reforma constitucional o utilizar herramientas jurídicas de que dispone el Gobierno central, para realizar el intercambio de prisioneros entre la institución estatal y las Farc.

Veamos la síntesis diagramada de los cuatro escenarios posibles para el caso propuesto [10]:

 

3.2. Unidades conceptuales sobre violencia representadas en prensa

Para el proyecto en realización, hemos formulado las siguientes unidades conceptuales:

3.2.1. Unidad Terminológica de la violencia (UTV)

Es la unidad léxica tomada de alguna disciplina científica, profesión u oficio, o del lenguaje natural y utilizada en la prensa para referirse a acciones o situaciones en activa o por pasiva, en el contexto de la violencia. Ejemplo, acuerdo, amnistía, pacto, indulto, asonada, rebelión, secuestro, canje, chantaje, etc. Tales unidades léxicas hacen parte del derecho civil, penal y derecho público internacional, y tipifican diferentes figuras jurídicas. Así lo representa la prensa:

“En los últimos quince años, ocho mil menores han sido reclutados por la subversión o las autodefensas, un millón más debieron desplazarse de sus hogares y más de quinientos han sido secuestrados[11].

Los vocablos reclutados, subversión, desplazarse y secuestrados, serían candidatos a constituir Unidades Terminológicas Especializadas (UTE) por ubicarse dentro del CDE (Contexto Discursivo Especializado) del Derecho Penal Colombiano. Están debidamente tipificados en el código penal colombiano.

Veto desconcertante. Desconcertante e incomprensible la decisión del presidente Andrés Pastrana de vetar la ley sobre desaparición forzada y genocidio aprobada por el Congreso Nacional. Después de seis años de inútil espera en las cámaras y tras un largo e intenso debate en la anterior legislatura, el país había cumplido, así fuera tardíamente, con una obligación contraída de tiempo atrás con la comunidad mundial y la interamericana, al protocolizar mediante esa ley la tipificación de dichos delitos, condenados universalmente”/ [12].

En la presente cita textual encontramos unidades léxicas que serían candidatas a ser Unidades Terminológicas especializadas (UTE) por operar dentro de contextos discursivos especializados (CDE) así: ámbito del derecho constitucional y administrativo (Presidente, vetar, ley, Congreso Nacional, cámaras); ámbito del derecho penal (desaparición forzada y genocidio, tipificación, delitos).

3.2.2. Unidad fraseológica especializada de la violencia (UFEV)

Combinación de unidades léxicas, de las cuales por lo menos una es de contenido especializado, que denote acciones, situaciones, o actitudes relacionadas por activa o por pasiva con la violencia. Ejemplo. “ "Boom" para el 2005. Resulta paradójico que quienes dicen defender el pueblo, con la violencia fuercen al país a gastar no menos del 2% del PIB en armamento/, desviando esos dineros de los fondos para el desarrollo/. Con esos gastos de guerra/ se han desperdiciado ingentes recursos que habrían servido para /mejorar la inversión social/, tan de capa caída en nuestros/ presupuestos oficiales”/ [13].

Violencia es una unidad léxica ubicada dentro del contexto discursivo del derecho penal y por tanto sería candidata a ser Unidad terminológica especializada (UTE). PIB (Producto Interno Bruto), inversión social, Presupuestos oficiales, son unidades fraseológicas situadas en el contexto discursivo de la Economía. Desviando esos dineros (desviación de dineros) hace parte del contexto discursivo del derecho penal. Gastos de guerra, es una Unidad Fraseológica que se ubica dentro del contexto discursivo de la seguridad nacional, regulada por la Constitución Nacional y la legislación respectiva (Código Militar, Ministerio de Defensa). Los tres contextos discursivos son especializados.

3.2.3. Unidad Léxica de la violencia (ULV)

Es la unidad léxica dentro del contexto discursivo del lenguaje natural que se refiera a acciones o situaciones de violencia por activa o por pasiva, o que se utilice como instrumento que denotativa o connotativamente comporte actitudes violentas; o que implique o presuponga una carga semántica de violencia. Ejemplo, bandolero, foragido, facineroso, matón, limpiar (eliminar a quienes se les señala como perturbadores de la paz). La prensa los representa así:

“Niños: víctimas y actores de la guerra”[14].

Tanto las unidades léxicas víctimas como actores establecen una relación de activa como por pasiva entre las unidades léxicas niños y guerra, dentro de un contexto discursivo de lenguaje natural. Víctimas en tanto son manipulados para ingresar a fuerzas armadas, y actores, en la medida en que allí hacen parte de los actores físicos de la violencia.

Otros ejemplos:

“Terror en Ovejas. Ataque de las FARC.

/Las Farc atacaron el municipio de El Castillo, en el departamento del Meta. El casco urbano de la localidad quedó destruido./ los frentes 6 y 34 de las Farc atacaron el corregimiento de Curbaco, en Sevilla, departamento del Valle, dejando como saldo dos agentes de la Policía muertos y uno herido. /Según voceros de la institución en el Valle, los uniformados muertos fueron identificados como”/ [15]

En el presente ejemplo encontramos lo siguiente: El vocablo “ataque” es una flexión del verbo transitivo “atacar”. En el plano del lenguaje natural, significa acometer, embestir [16]. Sin embargo, ubicado en el contexto del lenguaje especializado, es tipificado en el derecho penal como acción delictiva cuya gravedad dependerá de las diferentes circunstancias contextuales en que se realice. Como lo planteábamos anteriormente, la autoridad judicial competente podría iniciar, de oficio, o a petición de parte, un proceso de instrucción penal contra dicha organización, en cabeza de los jefes en mando de los respectivos frentes, teniendo en cuenta la información representada en tal texto periodístico. Indudablemente, la información contenida el texto deberá ser sometida a confrontación con otros elementos probatorios recogidos por el funcionario. En tal evento, ello significaría que la unidad léxica “ataque” hace parte del lenguaje especializado en el campo del derecho penal.

Las demás unidades léxicas señaladas, pertenecen al lenguaje natural y servirían como elementos caracterizadores de la acción tipificada jurídicamente como atacar.

“Hoy se cumple el primer año de diálogo con las Farc
Posibilidades de paz en el 2000
Sí hay fórmulas para que el diálogo con las Farc se agilice: una tregua indefinida, más presión y participación ciudadana, acompañamiento internacional y atención a los problemas sociales”/ [17].

La unidad léxica “tregua” aparece en el contexto del lenguaje natural; sin embargo, en el evento en que se lograra pactar un acuerdo para realizar una “tregua”, es decir, suspender las acciones violentas mediante las armas, se estaría en el contexto del lenguaje especializado dentro de la esfera del derecho penal y en tal sentido, cabrían acciones jurídicas para alguna de las partes que incumplieran la “tregua”, a la luz de principios generales del derecho como “Pacta sunt servanda” (los pactos han de cumplirse). Tal unidad léxica se constituiría por lo tanto en una unidad terminológica especializada (UTE). Las demás unidades léxicas hacen parte del lenguaje natural.

3.2.4. Unidad Fraseológica de la violencia (UFV)

Es la combinación de unidades léxicas que denoten acciones, situaciones por activa o por pasiva, o connoten actitudes relacionadas con el contexto de la violencia. Ejemplo, “Hacer operación limpieza” (apresar o someter a quienes se enfrentan con las armas al régimen legal del Estado); “iniciar la operación gatillo”(iniciar actividades de búsqueda para someter o doblegar a quienes se enfrentan con armas al Estado). En ambos casos se trata de suprimir cualquier obstáculo que pueda afectar el ejercicio de las vías legales del Estado.

Analicemos el siguiente ejemplo:

“Un duro golpe a la ayuda/. /Graves denuncias de ONG en Washington/. Human Rights Watch, ONG que /vela por el respeto de los derechos humanos/, denunció ayer /nexos entre militares colombianos y miembros de las autodefensas”/ [18].

Para leer estos titulares, es necesario tener en cuenta los contextos políticos, sociales, económicos y culturales dentro de los cuales se enmarca la política de USA contra el narcotráfico y las guerrillas en Colombia. La unidad léxica “golpe” (sustantivo), cualificada por “duro” (adjetivo) connota que algo afecta una ayuda. Hace parte de una unidad fraseológica que se ubica dentro del contexto discursivo del lenguaje natural. Se trata de la discusión del Plan Colombia según la cual, el Gobierno de USA otorgaría a Colombia, 1300 millones de dólares para mejorar la dotación y preparación de las fuerzas armadas colombianas con el objetivo de perseguir el narcotráfico. El 70% estaría dirigido al campo militar y el 30% al social. “Graves denuncias de ONG”, unidades léxicas que hacen parte de una unidad fraseológica ubicada en un contexto discursivo de lenguaje natural.

“Vela por el respeto de los derechos humanos”, es unidad fraseológica de la violencia porque está situada en un contexto discursivo natural donde se develan acciones que violan los derechos humanos. “Denunció ayer / nexos entre militares colombianos y miembros de las autodefensas”, unidades fraseológicas integrantes de un contexto discursivo de lenguaje natural, que se refiere a situaciones que ocurren dentro del ámbito de la violencia. En forma similar a como lo señalamos anteriormente, la “graves denuncias” realizadas por la ONG Human Rights, representadas en prensa, podrían eventualmente constituir, en el contexto del Derecho penal internacional, una pieza que podría servir para que alguna autoridad competente a nivel internacional pudiera abrir de oficio un proceso contra los agentes o actores representados en dicho texto periodístico.


4. Conclusiones Provisionales
 

1. La inadecuada contextualización discursiva de un texto o conversación, puede generar dificultades para su interpretación, e interferencias para la comunicación.

2. Dentro el área del discurso político se presenta una esfera o campo referido a la violencia, que puede aparecer en un contexto discursivo de lenguaje natural (CDN) o en un contexto discursivo especializado (CDE).

3. En el dominio del discurso de la violencia se conjugan unidades lexicales y terminológicas, unidades fraseológicas lexicales y especializadas, dependiendo del contexto discursivo en que se encuentren: Natural o especializado.

4. Existe una forma de unidad léxica que denominamos “puente”, “bisagra”, “a caballo”, o “intermedia” que se ubica entre la unidad lexical y la especializada o terminológica.

5. La unidad léxica puente (Upt) permite resolver determinados problemas de interpretación o hermenéutica en textos o discursos situados en contextos discursivos fronterizos entre el CDN y el CDE.


5. Bibliografía
 

1. Cabré, M.T. (1999). Terminología: Representación y Comunicación. Una teoría de base comunicativa y otros artículos. Barcelona: Universitat Pompeu Fabra, Institut Universitari de Ling¨ística Aplicada.

2. Cabré M.T.; Lorente, M.; Estopà, R. (1996). “Terminología y Fraseología”. Actas del V Simposio de Terminología Iberoamericana. Ciudad de México: Colegio de México.

3. Corsi, J(1994). Violencia familiar.Una mirada interdisciplinaria sobre un grave problema social. Buenos Aires, Paidós.

4. Floy, Alan (2000). La Prensa Británica y la Crisis del Golfo Pérsico: Un análisis Lingüístico. A Coruña, Universidade da Coruña.

5. Garcia Silberman, Sarah y Luciana Ramos Lira (1998). Medios de Comunicación y Violencia. México, Fondo de Cultura Económica.

6. Hoffman, Lothar. Llenguatges d`especialitat (1998). Barcelona, Institut Universitari de Lingüística Aplicada.

7. Imbert, Gerard (1992). Los Escenarios de la Violencia. Barcelona, Icaria.

8. KJAER, A. L. (1990ª). “Phraseology research – state of art. Methods of describing word combinations in language for specific purpuses”. Terminology science & research: Journal of International Institute for Terminology Research, vol. 1, n. 1- 2. Viena: International Network for Terminology.

9. Langacker, Ronald W (1987). Foundations of Cognitive Grammar. Vol I: Theoretical Prerequisites. Stanford (Cal), Stanford Universsity Press.

10. Larousse (2000). Diccionario Manual de la Lengua Española. Barcelona, Larousse.

11. Lorente, Mercé (2001). Terminología y Fraseología especializada: del léxico a la sintaxis. Conferencia Doctorado de Traducción Universidad de Málaga. Málaga.

12. Pross, Harry (1985). Estructura Simbólica del Poder. Madrid, Gustavo Gili.

13. Real Academia de la lengua (1992). Diccionario de la lengua española. Madrid, Espasa Calpe, S.A.

14. Van Leeuwen, Theo (1996). “The representation of social actors”, en Texts and Practices. Readings in Critical Discourse Analysis. Edited by Caldas-Coulthard Carmen Rosa and Malcolm Coulthard. London, Routledge

15. Van Dijk, Teun A (2000). El discurso como estructura y proceso. Barcelona, Gedisa.


6. Glosario
 

Pcol: Periódico Colombiano

PTie: Periódico El Tiempo

F: Fecha : año- mes- día

TT: Tipo texto

Tit: Titular

Tis: Titulares

ST: Subtítulo

S: Sumario o resumen.

Edi: Editorial

Opi: Opinión

Cro: Crónica

CN: Contexto discursivo

CDN: Contexto discursivo natural

CDE: Contexto discursivo especializado

UL: Unidad lingüística

UTE: Unidad terminológica especializada

I: Intercambio, trueque

Farc: Fuerzas armadas revolucionarias de Colombia

Gob: Gobierno

CDNPt: Contexto discursivo natural puente

CDEPt: Contexto discursivo especializado puente

MC: Mesa de conversaciones

RPt: Relación puente

Upt: Unidad puente

UTV: Unidad terminológica de la violencia

UF: Unidad fraseológica general

UFV: Unidad fraseológica de la violencia

ULV: Unidad léxica de la violencia

UFEV: Unidad fraseológica especializada de la violencia.


Notas
 

[1] Estudiante de doctorado en Lingüística: Ciencia Cognitiva y Lenguaje; profesor titular de la Universidad de Antioquia (Facultad de Comunicaciones ) en Medellín – Colombia. ([email protected])

[2] Hjemslev, citado por Faye, (1974: 93)

[3] Situado al noroeste de América del sur

[4] “líder popular”

[5] El Tiempo, crónica, febrero 20 del 2002 “E.U. aprueba uso del Plan Colombia en defensa del Putumayo”

[6] El Colombiano, editorial, febrero 24 del 2000. “Los equívocos de la guerra. El lenguaje ambagioso, cargado de sutilezas y equívocos, es la base de la falacia, del sofisma. En toda guerra, la información suele ser empleada por los combatientes como herramienta estratégica. El caso colombiano no ha sido la excepción. Los diversos actores del conflicto armado han incurrido en incontables desafueros que sacrifican la verdad”

[7] El Colombiano, Titulares, febrero 24 del 2000. “Los equívocos de la guerra. Los equívocos y la desinformación enunciados inciden en la mayor degradación de una guerra de hecho envilecida hasta el colmo y contribuyen a crear la sensación de que podrían justificarse y legitimarse, dadas las circunstancias, las violaciones sistemáticas de los derechos humanos”.

[8] Cita tomada por Cabré (1999: 88): ´Pour nous la langue de spécialité sera une sous-langue dite naturelle, enrichie d'éléments brachrygraphiques, à savoir, abréviatifs et idéographiques, qui s'intègrent à elle en se conformant à ses servitudes grammaticales (Kocoureck, 1991)` ”.

[9] El Colombiano, titulares, enero 30 del 2000.

[10] CDN =Contexto Discurso Natural ; CDE = Contexto Discurso Especializado; I = intercambio; L = Lenguaje; CDSE = Contexto discursivo semiespecializado; UPt = Unidad “puente”, “a caballo”, bisagra, o “intermedia”; UL = unidad léxica; UTE = unidad terminológica especializada; CDNPt = Contexto Discursivo Natural puente; CDEPt = Contexto Discursivo Especializado puente.

[11] El Colombiano, titulares, enero 30 del 2000.

[12] El Tiempo, editorial, enero 03 del 2000.

[13] El Colombiano, editorial, febrero 21 del 2000.

[14] El Colombiano, titulares, enero 30 del 2000.

[15] El Colombiano, crónica, febrero 19 del 2000.

[16] Diccionario de la lengua española

[17] El Tiempo, titulares, enero 07 del 2000.

[18] El Colombiano, titulares, febrero 24 del 2000.






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